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Este blog aborda los descubrimientos de planetas desde una perspectiva amena y sencilla, pero siempre precisa y contrastada, para una lectura agradable.

02 abril, 2011

Nuevo objetivo en la búsqueda de exoplanetas: Las Enanas Blancas

Desde que en 1992 se descubriera el primer planeta fuera del Sistema Solar, los astrónomos llevan la cuenta de 530 objetos de nuestra clase flotando por el Universo. Además, otros 1.200 esperan ser confirmados. Ahora, a los objetos estelares donde ya se buscan planetas (estrellas enanas rojas, medianas amarillas, quasares...) se suma una nueva clase de estrella: las enanas blancas.

Archivo:Size IK Peg.svg

Comparación de tamaños entre la enana blanca IK Pegasi B (centro abajo), su compañera de clase espectral A, IK Pegasi A (izquierda) y el Sol (derecha).

Las enanas blancas son el remanente de estrellas que han llegado al fin de su ciclo de vida ordinaria.

Las estrellas son gigantes motores de fusión nuclear, poseen tanto peso que en su núcleo los átomos se funden (como en una bomba atómica), generando inmensas explosiones. Mientras esto ocurre, se considera que la estrella está en su ciclo principal, generando luz y calor apreciables a millones de kilómetros, como lo demuestra nuestro Sol todos los días...

Cuando los átomos más fáciles de fundir se acaban, la estrella empieza a fundir átomos más pesados producidos en las fusiones anteriores. Estas explosiones son más potentes, por lo que la estrella se infla en ese "tira y afloja" entre Peso y Explosiones del núcleo. Cuando ese tira y afloja se hace insoportable, la estrella explota literalmente en todas direcciones, enviando gran parte de ella al espacio. Pero una buena cantidad se ha apretujado bien fuerte en lo que era el centro. Esta especie de "supercondensado" de estrella suele ser una enana blanca.

Como dichas estrellas pueden vivir por miles de millones de años, los astrónomos creen que estos objetos pueden albergar planetas con una masa, tamaño y composiciones similares a la Tierra. Por ahora, entre todos los planetas encontrados, ninguno se puede catalogar como "terrestre". Sí que hay varias "super-Tierras", planetas rocosos más grandes que el nuestro con capacidad para tener una química parecida. Pero ninguno de ellos cumple con las condiciones necesarias para soportar la vida.

Eric Agol, profesor de astronomía asociado de la Universidad de Washington, propone que encontrar planetas entorno a estas enanas puede ser mucho más fácil que con las demás estrellas. Así ha indicado en su publicación, disponible en la edición del 29 de Marzo de The Astrophysical Journal Letters.

Además, “si el planeta está lo suficientemente cerca, podría tener suficiente temperatura para conservar el agua líquida en su superficie, y ese es el gran factor -a tomar en cuenta- para la habitabilidad”.

El gran problema es que la zona de habitabilidad hipotética de las enanas blancas es mucho más cercana a ellas que en el resto de estrellas del Universo. Si a ello sumamos el hecho de que estas estrellas nacen de la destrucción en su anterior vida (como un fénix), y que en ese proceso todos los planetas cercanos son destruidos (como pasará en varios billones de años a Mercurio, Venus y la Tierra, cuando el Sol comience su agonía), entonces las posibilidades de encontrar planetas tan cercanos parecen reducirse.

Sin embargo, lo primero que descubrimos al ver planetas en otras estrellas es que los planetas migran. Y así puede pasar que planetas actualmente alejados (como lo son Júpiter y Saturno) puedan acercarse a la enana blanca resultante de la muerte del Sol.

En esos casos, aunque se prevé que la cantidad de planetas con esas condiciones son más bien pocos, el reducido tamaño y masa de sus estrellas parentales puede hacer que sean mucho más fáciles de descubrir. El hecho es que, antes del descubrimiento de la migración de los planetas (hace apenas una década) era un poco descabellado pensar en buscar planetas por esas zonas…

Noticia Original (en inglés): Softpedia.com

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